Pablo nació poeta. Bueno, nació chileno, es verdad, pero con esa tinta que, en vez de sangre, le hacía latir versos que brotaban como flores heridas de poesía. Compuso o cantó -es decir: palpitó- en lances trovos himnos requiebros versos extraordinarios, tristes e insomnes algunos, porque a veces la vida rompe como una ola contra la madrugada. Éste poema es así, por ejemplo. Él lo eligió para Matilde amarrándolo a un cabo de esa embarcación que construyó para ella, los Cien Sonetos de Amor. Sin embargo, yo creo que este soneto muestra cómo se le atragantó la noche, quizá porque Matilde se ausentara. Quizás, o precisamente, porque pueden confundirse en la silueta de la noche tanto la mujer amada como la nostalgia de la amada que se aleja, apresar en un mismo y nocturno recorrido los silencios incrustados como perlas del vacío que la extraña, y ver a la sombra volverse madre del anhelo donde sucumben hombres o poetas. Es un deseo pertinaz, un aleteo o sed que sólo calma una esperanza: que el beso de la noche, amada y ausencia de la amada entrelazadas, haya sembrado de promesas eso que llamamos nuevo día...
Soneto LXXXII
Amor mío, al cerrar esta puerta nocturna
te pido, amor, un viaje por oscuro recinto:
cierra tus sueños, entra con tu cielo en mis ojos,
extiéndete en mi sangre como en un ancho río.
Adiós, adiós, cruel claridad que fue cayendo
en el saco de cada día del pasado,
adiós a cada rayo de reloj o naranja,
¡salud oh sombra, intermitente compañera!
En esta nave o agua o muerte o nueva vida,
una vez más unidos, dormidos, resurrectos,
somos el matrimonio de la noche en la sangre.
No sé quién vive o muere, quién reposa o despierta,
pero es tu corazón el que reparte
en mi pecho los dones de la aurora.
Siempre me dieron miedo esas fuertes dependencias del otro
ResponderEliminarCierto Alma, a mi también. Antony de Mello escribió: "Dentro de mí suena una melodía cuando llega mi amigo, y es mi melodía la que me hace feliz; y cuando mi amigo se va me quedo lleno con su música [...] La verdad es que yo no puedo echarte de menos porque estoy lleno de ti. Si te echase de menos sería reconocer que al marcharte te quedaste fuera. ¡Pobre de mí, si cada vez que una persona amada se va, mi orquesta deja de sonar!"
ResponderEliminarParece que al expresar toda la densidad de la emoción puedo exorcizarla, mirarla con claridad, pues está ahí sustentada en mi fragilidad... Ya ves: la echo de menos. Un abrazo y gracias por comentar.
Que la música no deje de sonar nuuuuuuuunca...
ResponderEliminar:)
Hoy, día de la música, y siempre: día de los amigos.
Siempre
EliminarMe dijeron las rocas que las olas de la madrugada no golpean, sino que acarician, como tu mano a mi pelo o mi esencia por tu 4, para que no se atragante en la garganta la noche si algún día no compartimos la almohada.
ResponderEliminarYa no hay confusión, despues de las palabras intercambiadas.
Verbo y verso que surge del Centro del Pecho, de la sinceridad, cargando el 1, que cuando se junta con mi 1 no son dos es UNO, en mayúsculas si quieres.
Entoncesel silencio es un susurro al oido en el que se oyen brotar las promesas del día nuevo.
El cielo encontró la tierra rayando ya la alborada, su referente, su complemento, su camarada... ¡Quién adivinara en cuánta luz se transformaban!
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