domingo

Eduardo Galeano


       No hay ninguna comodidad en el pensamiento del uruguayo Eduardo Galeano. Es un comunicador lúcido y un escritor brillante, para el que nada le es indiferente, y viceversa. A veces tierno, a veces polémico, se somete únicamente al imperio de la razón y se maravilla con el alma humana; igual se conmueve -o conmociona- con los despojos de la crueldad con que nos arrojamos los unos sobre los otros y el reflejo -terrible por la inocencia- de las fealdades del mundo en los ojos infantiles. Le traemos a estas líneas para compartir cuatro de sus noches que, como podría sucederle a cualquier nictonauta, vienen cuajadas de íntimo secreto. 



La Noche / 1

No consigo dormir. 
Tengo una mujer atravesada en los párpados. 
Si pudiera, le diría que se vaya; 
pero tengo una mujer atravesada en la garganta.



La Noche / 2

Arránqueme, Señora, las ropas y las dudas. 
Desnúdeme, desdúdeme.



La Noche / 3

Yo me duermo a la orilla de una mujer: 
yo me duermo a la orilla de un abismo.



La Noche / 4

Me desprendo del abrazo, salgo a la calle.
En el cielo, ya clareando, se dibuja, finita, la luna.
La luna tiene dos noches de edad.
Yo, una.





2 comentarios:

  1. Admiro a este hombre! Adoro escucharlo...Y leerlo.
    Felicidades, muchas felicidades!!!
    Por el poema anterior...y por el día.
    MUAKA!!!

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  2. Este señor ocupa un lugar en mi cuerpo que le ha sido regalado por ti, un lugar que tiene que ver con el hambre y con los abrazos, muy cerca del pecho.
    Entonces... Bélula, gracias a ti.

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