lunes

Nictómaco, a su pesar...


       Miguel Hernández tiene el verbo fiero, y un eco de tal envergadura que rasga el alma. De muestra, un botón:

Como el toro he nacido para el luto
y el dolor, como el toro estoy marcado
por un hierro infernal en el costado
y por varón en la ingle con un fruto.

Como el toro lo encuentra diminuto
todo mi corazón desmesurado,
y del rostro del beso enamorado,
como el toro a tu amor se lo disputo.

Como el toro me crezco en el castigo,
la lengua en corazón tengo bañada
y llevo al cuello un vendaval sonoro.

Como el toro te sigo y te persigo,
y dejas mi deseo en una espada,
como el toro burlado, como el toro.



3 comentarios:

  1. Un corazón desmesurado todo lo abraza y funde...aunque sea a través de la palabra

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  2. Tengo que hacerle un homenaje al maestro Miguel, aunque sea modesto. Qué grande ES. Gracias por comentar, amiga mía.

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  3. Era, ES, realmente un rayo que no cesa, la voz del pueblo, y la de la pasión, la lealtad a los principios. Mi admiración es también desmesurada. :)

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