Un viento
Dejad que el viento me traspase el cuerpo
y lo ilumine. Viento sur, salino,
muy soleado y muy recién lavado
de intimidad y redención, y de
impaciencia. Entra, entra en mi lumbre,
ábreme ese camino
nunca sabido: el de la claridad.
Suena con sed de espacio,
viento de junio, tan intenso y libre
que la respiración, que ahora es deseo
me salve. Ven
conocimiento mío, a través de
tanta materia deslumbrada por tu honda
gracia.
Cuán a fondo me asaltas y me enseñas
a vivir, a olvidar,
tú, con tu clara música.
Y cómo alzas mi vida
muy silenciosamente
muy de mañana y amorosamente
con esa puerta luminosa y cierta
que se me abre serena
porque contigo no me importa nunca
que algo me nuble el alma.
martes
Claudio Rodríguez III
Un único otoño. Éso pido. De un blanco percibido como un beso; de un viento como éste de Junio semejante en todo a la luz, y quizás, detrás de ella, convertido en algo más que puro aliento: en la palabra.
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Viento lúcido, atraviesas mi cerebro, y lo reconfortas.
ResponderEliminarUna bonita puerta, queee diga... un precioso post. :)