domingo

De Arthur Rimbaud


                          

Las Vocales 

A negro, E blanco, I rojo, U verde, O azul: vocales
algún día diré vuestro nacer latente:
negro corsé velludo de moscas deslumbrantes,
A, al zumbar en torno a atroces pestilencias,


calas de umbría; E, candor de pabellones
y naves, hielo altivo, reyes blancos, ombelas
que tiemblan. I, escupida sangre, risa de ira
en labio bello, en labio ebrio de penitencia;


U, ciclos, vibraciones divinas, verdes mares,
paz de pastos sembrados de animales, de surcos
que la alquimia ha grabado en las frentes que estudian.


O, Clarín sobrehumano preñado de estridencias
extrañas y silencios que cruzan Mundos y Ángeles:
O, Omega, fulgor violeta de Sus Ojos.


       Más que un juego, la poesía es infanticida para Rimbaud. Su leyenda personal lo atestigua, su talento para subvertir el orden natural de las palabras, la corrección, en la búsqueda de un cosmos nuevo donde hacer imcomprensible lo habitual y explícito lo incomunicable. Fue oscuro, y sombrío, y taciturno, y abismal. Pero también sublime. Este caramelo de vocales es fácil para él y sus nictomatismos. Seguirá haciéndose abrigo nuestro, como Juan Carlos Mestre, por ése zumo que derrama con su pluma, reducción alquímica de una permanente insatisfacción: la de ser sencillamente humano.

2 comentarios:

  1. Alucinante el nictomatismo. Gracias por el guiño. RESALADO!!! :)

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  2. Así si... Blogger se está volviendo loco, al más puro estilo surrealista. ¿No tenéis la sensación de que entre todos jugamos a "un cadáver exquisito" con blogger como soporte?

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