Maestros de la Noche: Sir William Blake

       El místico William Blake fue un profundo conocedor de las intimidades de la noche y vivió embargado por las visiones que, con frecuencia, le sacudían. Alma iluminada y atormentada, transitó este mundo desde mediados del siglo XVIII al primer tercio del XIX y cultivó diversas experiencias artísticas, decantándose por el grabado y la pintura como soporte con el que transmitir sus percepciones. Pero es a mitad de camino entre la poesía y la profecía que sus visiones nos han hecho vibrar el apasionado matrimonio entre el Cielo y el Infierno. Sus canciones de Inocencia y de Experiencia, sus Proverbios... son alimento clave en el morral de un nictonauta. Su didáctica tajante, autoritaria y reveladora es una cecina dura, sólo apta para buenas dentaduras, y tiempo... Os traigo un poema que -cual oración- cualquier caminante nocturno entonaría en el cenit litúrgico de la noche, nadir de un sol que se desea.

A la estrella nocturna

(To The Evening Star)

¡Tú, ángel rubio de la noche,
ahora, mientras el sol descansa en las montañas, enciende
tu brillante tea de amor! ¡Ponte la radiante corona
y sonríe a nuestro lecho nocturno!
Sonríe a nuestros amores y, mientras corres los
azules cortinajes del cielo, siembra tu rocío plateado
sobre todas las flores que cierran sus dulces ojos
al oportuno sueño. Que tu viento occidental duerma en
el lago. Di el silencio con el fulgor de tus ojos
y lava el polvo con plata. Presto, prestísimo,
te retiras; y entonces ladra, rabioso, por doquier el lobo
y el león echa fuego por los ojos en la oscura selva.
La lana de nuestras majadas se cubre con
tu sacro rocío; protégelas con tu favor.

"Song to the Evening Star" (de Tannhaüser) - R. Wagner