lunes

Maese Hesse

             sabía ser un loco, pero no como cualquiera. Un loco que conoce la noche y la alimenta desde dentro, desde la primera pasión, con el brote de la primera estrella. Sabía de la victoria final de la crueldad si no se detiene la mediocridad en las propias venas; de la obligación de romper el mundo que a uno le preparan para nacer al mundo que uno necesita; de ahuyentar la timidez y adueñarse del sueño y su materia. Es cierto que la vida nos pule a veces, y a veces nos muele, y conocemos esta piedra de molino irrefrenable que hace de nosotros doloroso elemento nuevo. Hermann Hesse quiso ayudarnos a emprender el vuelo hacia el día que después vendrá, detrás de la larga noche... Aunque seamos bien triturado polvo volaremos, poblaremos el viento, conquistaremos la idea.



        MONTAÑAS EN LA NOCHE

El lago se ha extinguido,
oscuro duerme el cañaveral
murmurando en el sueño.
Sobre el campo extendidas
alargadas montañas amenazan.
No reposan.
Hondamente respiran, se mantienen
unidas unas contra otras.
Respirando hondamente,
llenas de oscuras fuerzas, irredentas
en su pasión devoradora.
                        (Versión de Jesús Ruiz)



10 comentarios:

  1. Gracias!
    Me encanta este sencillo poema, está lleno de algo parecido a la piedad fervorosa, a la fe. Incluso las montañas guardan en su interior una pasión desconocida, y aunque la noche haga todavía más invisible ese oculto frenesí, Hesse lo ve.
    Después de interiorizar estos versos no he sentido esa "amenaza", que ha elegido el traductor (de hecho, sigo buscando el poema original), sólo su presencia irresistible e indescifrable, viva, aunque todo parece dormido o extinto. Es magistral su manera de estar despierto en la misma garganta de la noche.

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  2. Hace un tiempo me prestaron un pequeño libro de Hesse. Se trataba de un viaje que hizo y que ilustró con unas acuarelas. Una joyita, como el poema que ofreces.
    Era un hombre excepcional, como tú.

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  3. Lamentable y tierna la imagen del viejo Hesse con unas gafas de abuelita que pesaban más que su cuello leyendo la imaginería del sólo para los locos, locura que buscó, no obstante, y que no encontró salvo en un oriente muy lejano donde los demás y él por fin se reconciliaron en una piedra.

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  4. ¡Me halagas, Bélula! ¿Cómo es el emoticono que se usa cuando uno se pone colorado?
    :[rojo])

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  5. ¡Querido Nictomenes, Don Alberto!, aun a punta de pistola y amenaza grave has decidido aparecer tras las teclas. ¡Bienvenido!
    Un saludo reconfortado.

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  6. La espiritualidad de Hesse se acercaba mucho más a Oriente que a este Occidente todavía más decrépito que el que él conoció.
    Los buscadores terminan encontrando.
    Aunque todos quedemos fulminados... o unidos a la montaña que respira...
    Él continúa aquí, entre nuestras reflexiones.
    Conquistando la idea...

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  7. a punta de pistola y bajo seria amenaza de quedarme sin compartir un partido de NUESTRO Atleti con usted

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  8. Coincido totalmente con lo que dices, Bel. Hesse fue uno de los grandes iniciadores del acercamiento entre oriente y occidente; fue a encontrarse allí lo que luego descubrió que aquí también tenía, pero necesitaba esa otra mirada. Dicen que la mítica biblioteca de Alejandría tenía escrito en algún lugar de la entrada algo como: "todo lo que puedas aprender aquí tú ya lo sabías, sólo necesitabas recordarlo" (si alguien tiene la frase original, la agradecería)
    No hay nada como un buen viaje para encontrarse a uno mismo, ¿eh?

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  9. Alberto, este Atleti me tiene enamorao. Jamás volveré a escaquearme de ningún partido a la vera de usted, aunque no me siga comentando las jugadas de este humilde blog. ¡Qué partidazo el de ayer! Un abrazo a rayas

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