jueves

ανίκητος...

                     se cree el que enfrenta el abismo, el horror. No para ser un héroe, sino un hombre sólamente. Es un clásico de los que alargan su mirada hacia el rincón más oscuro y recóndito de sus propios miedos, y descubren que no hay nada que temer, ni siquiera al monstruo que habita en cada ser humano. Cuando regresan de tan largo viaje nos cuentan que vivieron el dolor de ser libres, y que vale la pena. Ésos nictonautas que, sin amar el peligro, se arrojaron a la duda para desnucarse o acabarla; ésos que se pusieron en el tris del ser o no ser y resolvieron que el viaje a Ítaca sería como el de Kavafis; ésos que peregrinaron hacia la noche oscura para encontrar el alba... ésos, merecen ser honrados no sólo con museos-efigies-nombres de calles o plazas-epígrafes de perdurable metal y piedra, que también, sino con nuestra lágrima más íntima y resistente y nuestro paso cambiado en una sociedad que premia a los que saben desfilar. Hagamos un homenaje de carne y sudor, un monumento de flores y frutos de vida, o seamos tal vez más elocuentes y hagámonos como ellos. Nos sentimos hermanos del desastre, y también de aquéllos que proclamaron en medio del caos primordial: "gracias al dios que fuere por mi alma inconquistable".



 I N V I C T U S
Fuera de la noche que me cubre,
negra como el abismo de polo a polo,
agradezco a cualquier dios que pueda existir
por mi alma inconquistable.
En las feroces garras de la circunstancia
ni me he estremecido ni he llorado en voz alta.
Bajo los golpes de la suerte
mi cabeza sangra, pero no se inclina.
Más allá de este lugar de furia y lágrimas
es inminente el horror de la sombra,

y sin embargo la amenaza de los años
me encuentra y me encontrará sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia.
        Soy el amo de mi destino:
        Soy el capitán de mi alma.




W. E. Henley
Recitado por Alan Bates

  (Con mi reconocimiento y gratitud a Bélula)

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